El primer quinquenio del siglo 16 continua siendo dificil en la Isla de Tenerife, la última del Archipielago en ser "conquistada". Los españoles dan por terminada la conquista con el tratado de Los Realejos en 1496 pero la isla no estaba sometida. Los guanches alzados y los que fueron traicionados por los españoles mantinen una guerra de guerrillas sobre todo en la parte sur de la isla de Tenerife. Las tropas mercenarias y los soldados profesionales traidos desde España son licenciados y se marchan al no poder hacer frente el de Lugo a los grandes gastos y a los requerimientos de pago de sus acreedores. En su sed de rapiña insaciable continua haciendo esclavos en la isla y en la cercana costa de berberia para recaudar fondos.
La resistencia guanche , sobre todo en el sur de la isla va en aumento y los españoles temen ser expulsados. Una de las medidas que lleva a cabo es por sometimiento y secuestro de las familias guanches, mujeres y niños, coaccionar a los guanches para ir a parlamentar con los alzados. Los guanches son conocedores del territorio al que temian entrar los españoles.
La ninfómana Beatriz de Bobadilla, la que moriria en su tierra de nacimiento envenenada, también colabora con el de Lugo en la requisa de gente y cuadrillas de guanches para tal fin.
El pueblo guanche ofrecia una tenaz resistencia al invasor, ganando en número y organización ya que los guanchez de paz, infringida por el de Lugo, habia hecho ver a los guanches el engaño del traidor.
Este grupo de Alzados decide crear el Menceyato de Adeje, donde habia residido el principal asiento de los menceyes de la isla de Tenerife. Proclaman Mencey al noble Ichasagua, uno de los que no se acogieron al tratado de Los Realejos, tenia su corte entre Adeje y Arona en el Auchón Real.
El de Lugo al saber el alcance del nuevo menceyato adejero decreta la prisión de algunos noble de la banda sur y ordena la invasión del lugar por dos zonas distintas. Un grupo de españoles, canarios y guanches de paces, al mismo tiempo desembarca en la playa de los Cristianos otra tropa con cincuenta espingarderos (especie de fusil) y ballesteros.
Los españoles no pudieron plantear una verdadera batalla y acometieron como siempre la tactica de la mentira y el engaño. Despues de algunas escaramuzas ganadas por parte de los guanches obligaron al de Lugo despues de varios meses a cambiar de estrategia. Se propuso dejar retenes de guanches adictos con la órden de sembrar la discordia.
El de Lugo envia comisionados para entablar conversaciones con Ichasagua. Los principales alzados terminaron por aceptar las proposiciones, siempre falsas del de Lugo y llegados al Llano del Mencey, encontraron a Ichasagua rodeado de los suyos mirando el grupo que se aproximaba.
Llegados a éste punto y despues de saludarlo le dieron a conocer la misión que les traia hasta él.
Las proposiciones de paz no satisfacian al Mencey Ichasagua y sin responder siquiera al saludo, recorrió con la mirada a todos los presentes, sacó un cuchillo que llevaba a la cintura y por medio del suicidio ritual, siguiendo la tradición guanche, se lo hundió en el pecho.
Así de ésta noble manera murió el último Mencel de Tenerife, el Gran Ichasagua.
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