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domingo, 14 de febrero de 2010

RADIOGRAFIA DEL CANARIO



El hombre canario se caracteriza por una apariencia noble, tranquila, sosegada; posee un elevado sentido de solidaridad, siempre está dispuesto a servir, a ayudar a sus semejantes, posee una elevada capacidad de adaptación al medio, generalmente es desconfiado, muy prudente, tímido, es altamente conservador, lo que debilita la audacia y condición al sentido emprendedor, se muestra apático y desinteresado ante los fenómenos que le rodean; pero esto, es sólo en apariencia, pues es generalmente un gran observador, es flexible y tolerante fuera de su ámbito íntimo y mucho más rígido en su intimidad, siempre está dispuesto a dar una salida humorística a las dificultades, posee una ínfima capacidad de protesta, reclamo o defensa de sus derechos, recuerda en forma obsesiva sus deberes y obligaciones, mientras finge olvidar sus derechos. Se esfuerza por pasar desapercibido, detesta a el figurón, orgulloso, pedante o prepotente, no es fácil conseguir un canario figurón pedante o petulante, principalmente en las clases populares, hay en el canario una marcada tendencia a exagerar el valor de lo foráneo, principalmente si procede de las metrópolis, mientras infravalora lo suyo y lo que procede de su conjunto social y del mal llamado Tercer Mundo, el canario es muy susceptible al halago, al reconocimiento de sus hechos por terceros, el canario posee una buena dosis de romanticismo, es un ser marcado por la melancolía y la “hipocondriasis” que llega en muchos casos a somatizar, el canario en número significativo tiene un fuerte rechazo a la política entre otros aspectos. Esta pequeña muestra entre otros muchos aspectos que pudieran señalarse, sólo para invitar con el debido respeto al amable lector, a que analice con sentido crítico, analítico y creativo lo señalado, e invitarle a que piense si lo indicado no son las lógicas y naturales respuestas que los seres humanos damos cuando hemos vivido por largo tiempo un proceso histórico caracterizado por la opresión, represión, ridiculización, por la privación a dirigir su propio destino, por el “pisoteamiento” sistemático y desconocimiento de sus derechos, por la imposición de un trato despótico, discriminatorio y racista, signado por la obligación de una ciega obediencia, un obligado servilismo y rendición de pleitesías, acompañados de normas socio-económicas y político-culturales perpetuas en largos períodos de tiempo, la supervivencia de normas jurídicas desfasadas en el tiempo, la impotencia, la enseñanza racista, el abuso y el ultraje institucionalizado, acompañado de la explotación sin medida y el analfabetismo crónico, entre otros aspectos.

(Con el permiso de Dácil. Arafo, Tenerife)