Es crucial
para un pueblo el conocimiento o la ignorancia de su pasado.
Vivimos en
un pueblo al que se le ha forzado a vivir en la ignorancia, acumulando mentiras
y confusiones.
La memoria,
individual y colectiva, es el soporte de la identidad.
Las mentiras
memorizadas y amañadas hacen que creas lo que no eres, al depender de
voluntades ajenas, acabarías actuando contra ti mismo. Conlleva al deterioro
social y humano, al envenenamiento sutil.
La
ignorancia y las mentiras ajenas nos obliga a vivir de otras voluntades
despectivas. Se acaba siendo endófobo.
La memoria
es la médula de la conciencia, de lo que somos, es el soporte de la identidad.
La lectura
es fundamental para contrarrestar las palabras impuestas por la oficialidad
colonial desde la cuna. Con la lectura se transforma la conciencia y surge la
rebeldía libertaria.
La tradición
del pueblo está llena de miedos e ignorancia con valores castrados.
Con palabras
verdaderas se logra la transformación de la sociedad.
La educación
es el camino hacia el conocimiento para ejercer la voluntad.
Pertenecer a
un pueblo al que se le priva del conocimiento es incapaz de conocerse a sí
mismo.
La
conciencia se concreta en tres puntos; memoria, entendimiento y voluntad.
Tiránicamente
se impide la memoria negando el conocimiento de nuestro pasado. Para entender
hay que aprender y para aprender hay que memorizar.
Son fuereños
los que piensan por nosotros. Si es ajeno el conocimiento será ajena la voluntad
que nos guie.
El
amedrentamiento ejercido por la iglesia católica, los centros docentes y los
medios de comunicación social han deformado nuestra conciencia.
El pueblo
canario ha vivido y vive actualmente al margen de su identidad, sin el conocimiento
de sus raíces, dando la espalda a la construcción de su futuro.
Vivir de
rodillas es aceptar el caciquismo y la dictadura.
Se impide
que en los centros educativos, sociales
y culturales de Canarias se estudie Historia, Economía, etc. Condenando al analfabetismo
funcional y por tanto a la personalidad propia diferenciadora, se impide el
autoconocimiento.
Ante
nosotros tenemos el desafío de defender la patria prostituida por los esbirros
públicos que protegen codicias fuereñas.
Estamos
incapacitados para tener nuestra verdadera cultura, aquí todo se impone por la
voluntad colonial.
No somos
sujetos con derechos sino con deberes.
Canarias
afronta el reto de decidir el compromiso de su identidad a través de planes
educativos y la actividad cultural. Los actuales planes educativos son
colonizadores. Es imprescindible que todos conozcamos nuestro pasado con
objetividad si queremos construir un futuro de igualdad, democracia, justicia y
solidaridad.
El pueblo
abre los ojos del espíritu para ver que ninguna opresión es mas denigrante que
la colonial.
Vivir aquí
es acumular frustraciones e incrementar los miedos con que nacemos.
El
apostolado es con los canarios, no contra los canarios.
(Este escrito es parte del discurso de aceptación en la Academia Canaria de la Lengua del Sr. Victor Ramirez. He añadido una pequeña parte personal.)