En determinados medios de comunicación específicos, últimamente, se está hablando de cosas muy serias: Lo que se oye a través de las ondas y se lee en las páginas de ciertos rotativos es; soberanía, independencia, nacionalismo, federalismo, descolonización, etc. Lo más llamativo es que sólo un partido político, que pierde votos por el sumidero, es el que teoriza sobre la manida cuestión. No nos dejemos llevar de engaños, algunos políticos y algunos medios, hacen uso y abuso de la mediatización oportunista. Alguien se interesa en confundirnos.
No es un tema metafísico ni un teorema freudiano el que nos intentan calar, es un tema, a priori, de profunda reflexión. Es preciso analizar en profundidad el pasado, con toda su crudeza y mediocridad, el presente, con todo su abuso y abandono y sobre todo el futuro, no sólo inmediato, también a largo plazo.
Somos herederos de nuestras pasadas generaciones, debemos haber aprendido algo, o mucho de todo ello, pero indefectiblemente debemos meditar sobre lo que vamos a “regalar” como herencia a nuestros descendientes, nos pedirán razón sobre nuestras actuaciones al respecto.
Poseo mis propias teorías sobre el tema, asertivo o equivocadamente, está por vislumbrar. Mis años de velar sueños, mis propias repensadas utopías, mis ojos que miran solo al frente, son las herramientas que pongo en juego y ofrezcos a los míos, propios y extraños, para examinar, valorar y luego practicar.
No hay metas imposibles, ni sueños quiméricos si el proyecto tiene una mase fundamental objetiva, clara y practicable.
Existen imperios, naciones grandes, estados pequeños, el espectro es amplio, espejos donde mirarse no faltan, guías tampoco, si miramos con atención podemos ver y observar con claridad diáfana y profunda perspectiva.
Abordaremos estos elementos en adelante.
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