CARTA ABIERTA A LOS POLITICOS CANARIOS

Carta dirigida a los políticos de cualquier signo, de las siete Islas Canarias.
Me permito tutearte porque no eres digno de mi respeto.
Tú eres culpable del continuismo político y de la alternancia en el poder, culpable así mismo del sistema caduco electoral, del mal reparto y de la alta abstención, ya nadie cree en ti.
Ignoro si eres mas inteligente que yo, lo que si demuestras es que eres mas vivo que yo y que muchos de nosotros.
Eres culpable del deterioro paisajístico, del cemento, de los miles de vehículos, del pavimento, de la mala calidad del turismo, de la abrumadora superpoblación.
Tus antecesores fueron culpables de la emigración forzosa que realizaron los canarios desde el Siglo XVI y hasta los años 70 del pasado siglo y tú eres culpable de la próxima migración a que nos veremos avocados en un lapso de tiempo corto, debido a tu mala gestión y tu dejadez.
Eres culpable de nepotismo. Mientras tú, cuando tienes un cargo, colocas a todos tus amigos y familiares, yo no tengo un puesto de trabajo para mantener a la familia. Lo peor es que además, abusas del cargo, con las prebendas, las dietas y las comisiones y como te parece poco, haces gastos onerosos de las arcas, del dinero de todos los contribuyentes.
Eres culpable de asociación ilícita, casi siempre oculta, para enriquecerte y enriquecer a los de siempre.
Eres culpable de presentarte ante altos cargos de la nación y vender tu patria pequeña a cambio de quien sabe qué.
Eres culpable de la mala gestión educativa y la paupérrima calidad de la misma. También eres culpable de la baja autoestima del canario en cuanto a cultura se refiere.
Eres culpable de la baja calidad de la sanidad y de la pésima gestión, se coloca al amigo que no sabe gestionar y se deja de lado a los profesionales, sobre todo si no son amigos.
Eres culpable de no fomentar la canariedad, eres culpable de comulgar primero con lo foráneo, si pagan bien mejor.
Culpable de meternos futbol y carnaval y cuanta fiesta haya, para que los canarios no veamos ni pensemos en la cruda y negra realidad.
Eres culpable de la tergiversación de la palabra cultura, en aras de lo que te interesa o te ofrece dividendos.
Eres culpable de despilfarro, mientras miles como yo, no tenemos que llevarnos a la boca y tú comes en restarutantes de lujo a costa de todos nosotros.
Eres culpable del absentismo y calidad de la enseñanza, de la falta de industria en nuestro territorio, de los malos salarios, del alto índice de paro, del alto costo de la cesta de la compra, de la incultura.
Eres culpable de vendernos por unas pocas (muchas) monedas.
Eres culpable de todo mal que nos aqueja, tú y los tuyos, y los que son como tú.